Oráculo, el arte de la adivinación

El oráculo de Delfos, dedicado al Dios Apolo fue uno de los mas importantes del mundo helénico

Entre los diversos tipos de adivinación a los que han acudido los hombres invocando poderes ocultos, los oráculos fueron uno de los medios más difundidos en el mundo clásico grecorromano. Éstos consistían en la respuesta de los dioses a las preguntas formuladas mediante determinados rituales y en lugares específicos.
Los templos o grutas destinados a obtener los oráculos fueron muy numerosos y estaban dedicados a diversos dioses. Los rituales podían ser muy simples, como echar suertes o descifrar el susurro de las hojas de los árboles, o más complicados, a través de una persona que actuaba como médium o pitonisa.
El más famoso de los oráculos de la antigüedad fue el del santuario de Apolo en Delfos, situado en las laderas del monte Parnaso, en el golfo de Corinto. Su existencia ya era conocida por Homero, pero su prestigio no se difundió entre las comunidades helénicas hasta el siglo VII a.C, cuando comenzó a ser consultado por los legisladores, colonizadores y jefes militares antes de emprender una acción importante. En sus comienzos, el oráculo estaba dedicado a Gea, diosa de la Tierra, pero posteriormente a Poseidón y luego a Apolo. La médium era una mujer o varias mujeres vírgenes, conocidas como pitias o pitonisa!
Antes de consultar el oráculo se ofrecían sacrificios y a continuación la pitonisa y el consultante se bañaban en la fuente Castalia y entraban a una cueva del templo, donde invocaban al dios y mascaban hojas de laurel. Cuando la pitonisa alcanzaba el estado de trance, pronunciaba ciertas palabras que luego tenían que ser interpretadas por los sacerdotes, quienes frecuentemente lo hacían mediante ambiguas imágenes.
El oráculo de Zeus en Dodona, en el noroeste de Grecia, era considerado como el más antiguo. El sacerdote o sacerdotisa manifestaba la voluntad del dios escuchando el murmullo de las hojas de la encina sagrada, o a veces el sonido de un gong. Zeus hablaba también desde su altar en Olimpia, donde el sacerdote ejercía la adivinación por medio de las entrañas de animales sacrificados,;así como en el oasis de Siwa en Libia, que originariamente había sido un santuario del dios egipto Amón.

La adivinación jugo un papel muy importante en las decisiones políticas en algunas culturas antiguas

Otros oráculos se producían mediante la denominada incubación (del latín incubare, acostarse), en la que el consultante dormía en el recinto sagrado, y en sueños recibía la respuesta de los poderes ctónicos (subterráneos). Así se practicaba en Epidauro con el dios Asclepio y en Anficlea con Dioniso. En Italia, los oráculos de la Fortuna Primigenia se realizaban echando las suertes, y los de Fauno mediante la incubación.
Los oráculos sibilinos consistían en colecciones de profecías, realizadas por unas mujeres llamadas sibilas, que se conservaron en Roma hasta el año 405 de la era cristiana. Las sibilas más famosas eran la de Eritrea y la de Cumas.

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