Literatura moderna de Rusia Siglo XIX

Considerado el más grande poeta ruso Alexandr Pushkin abarcó gran variedad de temas en sus obras

Las letras rusas alcanzaron todo su esplendor en el siglo XIX, con escritores ya clásicos que ejercerían una profunda influencia en la literatura mundial.
En poesía, una de las primeras figuras de este siglo fue Iván Krilov, cuyas fábulas, de una gracia y sonoridad admirables, le valieron el título de «el La Fontaine ruso». Vasili Zhukovski dio a conocer con sus traducciones a los románticos alemanes y británicos, y compuso versos en los que surgen las imágenes y leyendas tradicionales del país revestidas de un exquisito lirismo. Influyó en Alexandr Pushkin, venerado en su patria como el más grande poeta ruso. Pushkin nunca dejó de mostrar una inigualable maestría en la técnica de la versificación y una versatilidad que le permitía tratar todo tipo de temas. Sus primeros poemas largos, como «Ruslán y Liudmila» (1820), muestran una inspiración romántica. Posteriormente, sin embargo, tue poniendo en evidencia una vena más realista y satírica, patente ya en su obra maestra, el poema narrativo «Eugueni Oneguin» (1823-1831; «Eugenio Oneguín»). Entre sus dramas poéticos destacó la epopeya histórica «Boris Godunov» (1831).
Otra gran figura de la época fue Mijaíl Lérmontov, muchos de cuyos poemas románticos trataron temas del Cáucaso. Uno de los grupos más importantes que surgieron fue el de los poetas «cívicos», que concebían la poesía como un instrumento de acción social. Entre ellos, el más conocido tue el decembrista Kondrati Riléiev, ejecutado en 1826 por haber participado en un movimiento insurreccional. Ya a mediados de siglo, Nikolái Nekrásov se distinguió como un destacado exponente de la poesía cívica, mientras que Fiódor Tiúchev fue el representante de una escuela más esteticista y preocupada por cuestiones filosóficas.
Con Pushkin y Lérmontov, la edad de oro de la poesía llegó a su fin y comenzó la gran era de la narrativa. Estos mismos autores se fueron inclinando por la prosa, y Lérmontov obtuvo un gran éxito con su novela «Gueroi náshego vrémeni» (1840; «Un héroe de nuestro tiempo»).

Autor de Los hermanos karamazov Dostoievski se reveló como un genio del análisis de la psicología humana

Algunos novelistas románticos fueron al principio muy populares, como Mijaíl Zagoskin, especialmente gracias a su obra «Yuri Miloslavski» (1829), y también Alexandr Bestuzhev (seudónimo Marlinski). El romanticismo en Rusia, sin embargo, tuvo poco arraigo y dio paso muy rápidamente al realismo, el cual ya había preludiado el propio Pushkin. El realismo ruso estaba lejos de confundirse como escuela estética con lo que pronto sería el realismo francés. Desde su nacimiento presentaba un carácter social claramente señalado y sus representantes recrearon e interpretaron la vida cotidiana y las circunstancias del país con una singular penetración, a menudo poseídos de un sentido mesiánico.
El tránsito definitivo al realismo se realizó en la persona de Nikolái Gógol. En sus primeras obras recreó las tierras y gente de su Ucrania natal y escribió una famosa novela épico-histórica, «Taras Bulba» (1835). A partir de esta fecha consiguió una sólida reputación en sus novelas cortas peterburguesas, en donde el elemento realista, que incluía una poderosa carga de sátira, era predominante.
La influencia que ejerció Gógol fue enorme. Fiódor Dostoievski, ya desde su primera novela «Biédnie livdi» (1845; «Pobres gentes»), se anunciaba como su sucesor, con su simpatía volcada hacia la gente más humilde de la sociedad peterburguesa. En 1866 apareció su primera gran novela, «Prestupléniie i nakazániie» (Crimen y castigo), no menos famosa que su última obra «Bratia Karamázovi» (1879-1880; Los hermanos Karamazov), en las que Dostoievski se reveló como un genio en el análisis de la psicología humana y en el retrato de los aspectos trágicos de la vida.
Si Dostoievski destacó por su penetración psicológica, Iván Turguéniev sobresalió por su objetividad en sus análisis y observaciones sociológicas y por el cuidado estilo de sus obras. Librepensador y occidentalista, en sus novelas son tratados con gran vigor los problemas de la Rusia de su tiempo: la servidumbre en «Zápiski ojotnika» (1852; Diario de un cazador) y la ideología y actitud ante la vida de las nuevas generaciones en «Otsi i dieti» (1862; Padres e hijos).

Leon Tolstoi es considerado uno de los más grandes novelistas de la literatura universal

Otro gran escritor del siglo XIX fue Liev Tolstói, considerado como uno de los más grandes novelistas de la literatura universal, siendo sus dos novelas más importantes «Voiná i mir» (1865-1869; Guerra y paz) y «Ana Karénina» (1875-1877). Tolstói sobresalió por su técnica narrativa que le permitía combinar muchas historias en un conjunto integrado, de manera que sus novelas componían magistrales cuadros de la sociedad rusa. Todos los personajes resultan magníficamente caracterizados. Las tesis de sus obras estaban dominadas por una grave preocupación ética. Su tercera novela, «Voskreséniie» (1899; Resurrección) estaba dominada por la idea de un cristianismo radical que defendió en la última etapa de su vida.
Entre los novelistas destacó además Iván Goncharov, que en su mejor novela, «Oblómov» (1859), personificó a la holgazanería en su protagonista, un terrateniente. Mijaíl Saltikov, conocido por el seudónimo de Saltikov-Schedrín y representante de la llamada literatura democrática revolucionaria, fue autor de una notable novela, «Gospoda Golovliovi» (1876; Los señores Golovliov), en la que convierte a su rufianesco héroe Iudushka (Judasillo) en un símbolo de la decadencia y degeneración de las familias nobles terratenientes.
Casi todos los autores del siglo XIX cultivaron la narración corta, pero en las últimas décadas sobresalieron especialmente Nikolái Leskov, Visiévolod Garshin y, en particular, Antón Chéjov.
De la rica literatura de memorias que se publicó destacan la obra de Serguéi Aksakov, «Semeinaia jronika» (1856; Crónica familiar), y la de Alexandr Herzen, «Bilove i dumi» (1852-1868; Mi pasado y pensamientos).

De los autores más destacados en el teatro ruso Nikolái Gógol, fue además uno de los principales escritores que dieron paso al realismo ruso.

El teatro brilló a mucha menor altura que la prosa. Del primer autor importante, Alexandr Griboiédov, destacó su comedia en verso «Gore ot umá!» (1822-1824; ¡Qué desgracia el ingenio.’). «Revizor» (1836; El inspector) de Gógol fue uno de los mayores éxitos por su comicidad y denuncia de la corrupción de los altos funcionarios. Alexandr Ostrovski en obras como «Bankrot» (1850; La bancarrota) y «Groza» (1860; La tormenta) protestó contra la amoralidad y brutalidad de los comerciantes moscovitas. Ya en las postrimerías del siglo XIX, Antón Chéjov llevaría el teatro ruso a sus cotas más originales con los dramas «Chaika» (1896; La gaviota), «Diadia Vania» (1897; El tío Vania), «Tri sestri» (1901; Las tres hermanas) y «Vishniovi sad» (1903-1904; El jardín de los cerezos).

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