La revolución rusa: La revolución de Octubre

La revolución de octubre.

Hombre fundamental en la revolución de octubre, Lenin fue uno de los fundadores del comunismo ruso que posteriormente se extendió a gran parte del planeta

En la noche del 6 de noviembre (24 de octubre según el calendario juliano) se desencadenó una nueva revolución dentro de la revolución: mientras los bolcheviques ocupaban los puntos estratégicos de Petrogrado, el crucero «Aurora», ganado por los revolucionarios, disparaba contra el palacio de Invierno, sede del gobierno provisional, que fue tomado en la mañana del 8 de noviembre, con relativamente pocas bajas. Kerenski emprendió el camino del exilio, mientras sus ministros eran detenidos. Al mismo tiempo se reunía el segundo Congreso Panruso de los Soviets, que se arrogó todos los poderes e instituyó un nuevo gobierno, el Consejo de los Comisarios del Pueblo, presidido por Lenin. Los sectores más izquierdistas habían triunfado sobre los socialistas moderados. Con gran rapidez se promulgaron los decretos que establecían el cese de las hostilidades y el reparto de las grandes propiedades agrarias. Con algunas dificultades, los soviets se apoderaron de las principales ciudades rusas. El 8 de diciembre se celebraron elecciones para la Asamblea Constituyente, que se reunió el 18 de enero de 1918. Al día siguiente el Consejo de Comisarios del Pueblo, apoyado por el ejército rojo, que había organizado Trotski, disolvió la Asamblea. Rusia ardía ya en una sangrienta guerra civil.

Consecuencias de la revolución de octubre.

Para los revolucionarios rusos, la revolución de octubre no era sino la primera etapa de un movimiento que debía de triunfar en toda Europa. Sin embargo, el sistema capitalista, bajo formas liberales o autoritarias, se mantuvo fuera de Rusia, pese a las experiencias revolucionarias transitorias que se sucedieron en la Europa central. Movimientos revolucionarios posteriores, sobre todo en países agrarios y poco industrializados, tomaron como modelo la revolución rusa en sus intentos de transformar las condiciones sociales y económicas. Además, desde la revolución, la Unión Soviética se convirtió en el centro del comunismo internacional.

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