Historia De Roma: Vespasiano Segunda Parte

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                  Al igual que Augusto, el principal legado de Vespasiano, consistió en darle estabilidad política a Roma tras un periodo de guerras civiles.

                Vespasiano fue un hombre carismático de modales austeros, lo que lo ayudó a llegar hasta el poder y mantenerlo. Su popularidad fue también sostenida gracias a rumores que aseguraban su condición divina y una inteligente política de dar facilidades a diversos escritores e historiadores para que hablaran positivamente de su gestión. Entre los historiadores que se encontraron en la nomina de Vespasiano, están, Tácito, Suetonio, Plinio el Viejo y Flavio Josefo. Mientras se organizó un sistema de estrictos controles para que no circularan informaciones y opiniones que pudieran dañar la imagen del Emperador.

         En el plano económico, Vespasiano comenzó con mejor pie que los fugaces emperadores que lo precedieron, ya que poseía un importante botín de guerra y el apoyo de las provincias de oriente que eran las más ricas del imperio. Sin embargo este capital inicial no alcanzaba para solucionar la profunda crisis monetaria que atravesaba Roma. El nuevo Emperador se vio obligado a crear toda una nueva serie de impuestos y a establecer una profunda reforma en la organización del estado. Su afán recaudatorio llegó a tal extremo, que gravó a los urinarios, cuando su hijo Tito le preguntó sino era excesivo poner impuestos a los urinarios, Vespasiano olfateó un puñado de monedas obtenidas mediante este tributo y pronunció una frase que pasaría a la historia “el dinero no tiene olor”. 

                La alta carga fiscal no afectó mayormente la estabilidad de su gobierno, visto que las reformas no interrumpieron en ningún momento servicios esenciales como la distribución de alimentos entre los sectores más desprotegido de Roma y los sueldos a los legionarios y funcionarios cuya lealtad resultaba esencial para la continuidad de su gobierno. El hecho de que ni Vespasiano ni su entorno familiar vivieran en una opulencia escandalosa, generó  una confianza de que los impuestos no eran para beneficio personal del Emperador. En la medida de que la situación financiera se fue estabilizando, muchos de estos impuestos fueron derogados.

              Una buena parte del gasto público se invirtió en un ambicioso plan de obra pública, con el fin de mejorar la infraestructura de la ciudad y reconstruirla tras el incendio que había sufrido en el año 64 y las secuelas de la guerra civil del 69. El proyecto más significativo fue el de la construcción de El Anfiteatro Flavio más conocido como “El Coliseo”. Su construcción comenzó en el año y terminaría en el 81, inaugurado por Tito en el año 81, tras la muerte de Vespasiano, aunque sería su otro hijo, Domiciano, quien le daría los retoques finales. Resulta significativo que El Coliseo se construyó sobre la Domus Aurea de Nerón. Se demolió lo que había sido un edificio para uso personal del emperador, para construir otro con el fin de entretenimiento público.

                 En materia militar, durante su gobierno, se terminó de reprimir la revuelta judía, destruyéndose el templo de Jerusalén y se ampliaron de los dominios en Britania. 

                  Tito Flavio Sabino Vespasiano murió en el año 79, antes de cumplir los diez años de gobierno. Había logrado estabilizar el Imperio Romano y sobrevivido a varios intentos de asesinato. Fue sucedido por su hijo Tito.

      

2 comments

  1. Tremendo articulo, me encanta la historia! y le has dado un enfoque fresco !

  2. Muchas gracias por tu apoyo. Me das ánimos para seguir adelante.

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