Historia De Roma: Lucio Cornelio Sila Segunda Parte

  Lucio Cornelio Sila General Político Romano

           Otro busto de Lucio Cornelio Sila, al revés que en el caso de Mario, parace haber mayor coherencia entre los retratos que se conservan de él y las descripciones que hacen los historiadores.

                  Ni bien le fue asignada la misión de enfrentar al Rey Mitrídates VI de Ponto, Lucio Cornelio Sila partió hacía Nola a reunirse con su ejército, ultimar los preparativos finales y embarcarse hacía el este a comenzar la guerra. Pero desde Roma llegaban noticias de que Sila había sido removido de su cargo y en su lugar había sido nombrado Cayo Mario. Cornelio Sila había esperado demasiado tiempo su hora de dejar de ser un lugarteniente para ascender al puesto de general por derecho propio. Así que marchó con su ejército del que ya se había ganado su lealtad hacia Roma y revocó el nombramiento de Mario por la fuerza. El conservador senado vio con relativos buenos ojos esta interrupción de la legalidad, ya que temía que Mario volviera a hacerse con el poder absoluto, apoyándose en las asambleas populares, como lo había hecho hace diez años.

                La guerra contra Ponto apremiaba, Sila no se quedó a saborear las mieles del poder y partió a pelear su guerra. En Roma quedaron como cónsules el conservador Cneo Octavio y el popular Lucio Cornelio Cinna, lo que parecía augurar una tregua entre las dos facciones. Sin embargo la tensión se hizo insoportable, estalló una guerra civil entre ambos cónsules. Sila demasiado ocupado luchando contra Mitrídates VI, nada pudo hacer para evitar que Mario desembarcara en Italia con sus tropas y lograra que los populares en las figuras de Cayo Mario y Cornelio Cinna se hicieran con el poder.

                   Los populares desde Roma intentaron remover a Sila de su cargo. En primer lugar nombraron a Mario para sustituirlo, pero ya con 70 años, el legendario general murió antes de poder asumir el mando de las tropas. Cinna intentó sustituirlo por Lucio Valerio Flaco, pero una vez en el escenario de combate, Valerio Flaco se dio cuenta que una lucha por el liderazgo podría poner en peligro la victoria romana y decidió ponerse bajo las ordenes de Sila.

                 Sila y Cinna debieron entonces tolerarse mutuamente, sabiendo que el enfrentamiento sería inevitable. En el 84ac Cinna decidió adelantarse a los hechos y organizó un ejército para hacerle frente, sin embargo sus tropas se amotinaron mientras embarcaban y perdió la vida en la revuelta. Sila aprendió que había algo peor de que un popular como Cinna concentrara tantas cuotas de poder; y eso era que Roma cayera en la anarquía. La sorpresiva muerte de Cinna dejó un vacío de poder muy codiciado, los diversos líderes populares lucharon entre sí y el caos crecía exponencialmente en las calles de Roma mientras el senado se veía cada vez más impotente para resolver la situación.

                   En el año 83ac, Sila obtuvo una paz en términos beneficiosos con Mitrídates VI, que le permitió regresar a Italia con sus ejércitos y lenta pero seguramente adueñarse de la situación política. Para el 81ac ya era el gobernante absoluto de Roma, el conservador senado no tuvo el menor conflicto en nombrarlo cónsul, pero el solicitó que se le otorgara la condición de dictador. Roma no había tenido dictador desde Publio Sulpicio Galba Máximo en el 203ac y las condiciones de dictadura que solicitaba Sila eran bastante peculiares, por tiempo ilimitado y la posibilidad de legislar leyes que siguieran valiendo después de terminado su mandato. Ya sea por medio de la fuerza o porque era quien defendía sus intereses, el sendo terminó aceptando. Durante su dictadura, que duro del 81ac al 79ac, Sila persiguió y asesinó a la mayoría de los líderes populares y redacto leyes que le daban mayor poder al senado y dificultaban el ascenso al poder de los populares.

                  Cuando consideró que su tarea había finalizada, renunció a la dictadura y se alejó de la vida política. Al año siguiente, en el 78ac, murió como un simple particular.

2 comments

  1. Les recomiendo que lean la biografía de Sila «El Quinto Infierno»

  2. Me gustó mucho la última biografía de Sila: «El Quitno Infierno», de Jorge Ferraro.

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