Historia de Roma: Lucio Cornelio Cinna

 Patricio Sin Identificar Antepasados

        Retrato de un patricio romano sin identificar con bustos de sus antepasados. De la misma forma que no podemos identificar a este patricio, no tenemos un retrato de Lucio Cornelio Cinna. La historia de Roma está llena de páginas que el tiempo ha arrancado.

 

           No se tienen muchos datos sobre la vida temprana de Lucio Cornelio Cinna por lo que se desconoce el año de su nacimiento, pero sabiendo que fue nombrado pretor en el año 90ac y que difícilmente alguien obtuviera un cargo de tal importancia antes de los 30 años, sería prudente estimar su nacimiento entre el año 120ac y el 157ac, año en que nació Cayo Mario quien era mayor que él. Es sabido que pertenecía a la prestigiosa gens Cornelio, su padre de quien heredó su nombre fue cónsul en el año 127ac. Irónicamente quien terminó siendo su más acérrimo enemigo, Lucio Cornelio Sila, también pertenecía al mismo clan lo que demuestra que por aquella época, la gens era poco más que un nombre, con lejano parentesco en el mejor de los casos y sin intereses políticos comunes que los pudieran unir.

                    La primera noticia que tenemos de Cornelio Cinna es su elección como pretor en el año 90ac. Tras la renuncia forzada de Cayo Mario nueve años antes, los Populares habían carecido de un liderazgo claro y Cinna surgió como un candidato con fuerza. Por aquel entonces se desarrollaba la sublevación de los aliados italianos de Roma por lo que las diferencias entre aristócratas y populares se hicieron al lado durante estos años. Durante este conflicto ofició como legatus bajo el mando de Quinto Cecilio Metelo en los años 89ac y 88ac.

               Terminado el peligro al final del 88ac, las rivalidades políticas volvieron a emerger. El conservador Cornelio Sila fue nombrado como comandante de las fuerzas que debían enfrentarse a Mitrídates VI, Rey de Ponto. Pero los populares lograron remover esta designación y que Cayo Mario fuera nombrado en su lugar. Sin embargo Sila no iba a dejar que se lo hiciera a un lado tan fácilmente, marchó hacia Roma con el ejército que se le había designado e impuso su voluntad.

                    Enfrentar a Mitrídates, se volvía cada vez más urgente, así que Sila partió hacia oriente. En Roma se designaron como cónsules para el año 87ac al conservador Cneo Octavio y a Cornerlio Cinna, en un intento de lograr una reconciliación entre los dos bandos. Pero la tensión se hizo insoportable y estalló la guerra civil entre los dos cónsules. Cayo Mario desembarcó desde África para brindarle su apoyo a Cinna y de esta forma el conflicto quedó resuelto a favor de los populares.

                 Cinna y Mario fueron nombrados cónsules para el año 86ac. A su vez Cinna mandó matar las tropas leales a Mario para asegurarse de ser el dueño político de la situación. Posiblemente por acuerdo entre ambos, Mario fue nombrado comandante en la lucha contra Mitrídates, pero murió antes de poder tomar posesión del ejército.

                     Cinna debió designar como cónsul sustituto a Lucio Valerio Flaco, quien debía partir hacia el este a sustituir a Sila. No está muy claro lo que pasó a continuación. Aparentemente Valerio Flaco se dio cuenta de que la situación era comprometida y una lucha de poder entre dos generales romanos podría poner en riesgo el desenlace de la guerra. Así que se puso transitoriamente bajo las órdenes de Sila hasta que llegara un momento más propicio. Sin embargo los populares entendieron esta conducta como traición y fomentaron un motín de tropas que terminó por asesinarlo.

                    Cinna y Sila debieron tolerarse durante los siguientes dos años. Sila parecía ser la única persona capaz de llevar adelante una guerra estratégicamente vital para Roma y el hacerse cargo de este conflicto le impedía enfrentar los abusos populares de Cinna. Pero el conflicto parecía inevitable, tarde o temprano Mitrídates sería derrotado y ambas facciones se enfrentarían por el poder.

             Hacia el año 84ac, la guerra parecía estar más encausada. Cinna decidió adelantarse a los hechos, decretó el reclutamiento forzoso y organizó un ejército para enfrentar a Sila. Molesto con el reclutamiento obligatorio, surgió un amotinamiento de la tropa en el momento en que estas embarcaban y Cinna fue asesinado por sus propios soldados.

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