Augusto de Prima Porta, una de las estatuas más conocidas del primer emperador de Roma.
Comandas por su general de confianza, Marco Vespasiano Agripa, las tropas de César Octaviano se enfrentaron a las de Marco Antonio en la batalla naval de Actium. Con sus fuerzas mermadas, Egipto no pudo presentar una defensa sólida y fue invadido. Cleopatra y Marco Antonio se suicidaron. Cesarión intentó huir hacia
De regreso a Roma, César Octaviano comenzó una sutil comedia para consagrarse en el poder absoluto sin herir las sensibilidades republicanas. Se presentó ante el senado romano y devolvió los poderes especiales que se le habían conferido para enfrentar a Marco Antonio. Con este acto se volvía supuestamente a la normalidad republicana. Consiente de su enorme popularidad, se presentó a cónsul en las elecciones donde ganó por amplia mayoría. Mantuvo el consulado desde los años 31ac al 23ac. Luego se dio cuenta que acaparar el consulado podría dar una imagen de tiranía o monarquía que debía evitar y a su vez que tenía otros medios más sutiles de ejercer el poder. El senado adicto a él, le confirió una serie de títulos honoríficos o concretos dentro de la estructura estatal cuyo poder estaba supuestamente sometido a la autoridad de los cónsules. Sin embargo semejante acumulación de títulos y honores, sin contar con la enorme influencia que ejercía extraoficialmente, hacía que en los hechos fueran los cónsules quienes estuvieran sometidos a su autoridad.
Entre los títulos que se le había otorgado estaban el de “princeps” (primer ciudadano), otorgado a quienes habían brindado un servicio excepcional a la república. “Augustus” (venerable o majestuoso) título que pasó a ser parte de su nombre y que significaba tener una condición casi divina. “Tribunicia potestas” (poder de tribuno), pero no ningún cargo de tribuno en particular, lo que le permite convocar al senado y las asambleas de la plebe, vetar leyes y decisiones hechas por estos cuerpos, presidir estos órganos y ser el primer en hablar en cualquier reunión de un cuerpo político, pautando en buena medida los temas que se tratarían en dicha sesión. “Cura morium” censor y vigilante de las costumbres. “Pontifex Maximus” (sumo pontífice), máxima autoridad religiosa que siglos después, cuando el imperio se volviera cristiano, sería este título asimilado al de Obispo de Roma. “Pater patriae” (padre de la patria), máximo honor que podía recibir un ciudadano. “Cónsul potestas” (poder de cónsul) aunque como cónsul nominal sólo lo volvió a ejercer en los años 5ac y 2ac.