Muchas veces se dice por ahí, sobre el “descubrimiento” de América en 1492, que “Gracias a Europa, América conoció la Civilización”.
De ninguna manera esta tesis tiene valor real en un mundo dominado por la codicia y la hipocresía internacional. ¿Qué puede tener de civilizado un pueblo que es capaz de exterminar culturas enteras con afán de obtener “algunas simples monedas de oro”?
Esta tesis, que indudablemente propone una mirada eurocentrista, trata de justificar la completa impunidad con la que arrasó con las tierras, esclavizando, torturando, y asesinando a los nativos de un pueblo que no vivía en la barbarie, ni mucho menos, sino que poseía ya una historia y una cultura propia.
Habría que decir más bien, que hay que agradecerle a los conquistadores europeos por haber sido, y todavía ser acreedores de esa enorme “empresa productora y exportadora de barbarie”, ya que gracias a ella pereció el pueblo americano, su cultura, y con ella su civilización.
El propio Federico Andahazi en su libro El Conquistador, muestra dejando bien en claro su carácter de argentino, una visión inequívoca de una Europa codiciosa y capaz de cualquier cosa con tal de conseguir beneficios económicos. Además el libro propone esa otra mirada sobre la historia, desde el punto de vista de los dominados, la cual es sin duda, totalmente opuesta a la relación: Europa igual Civilización, América igual Barbarie.
Se debe tomar conciencia de una vez por todas, que la colonización que sufrió el nuevo continente por parte de los europeos, hasta el día de hoy es absolutamente injustificable, y que el viejo continente no fue justamente el mejor ejemplo de civilización, más bien si se lo quiere tomar como ejemplo de algo, es de perfecta barbarie por el sometimiento cultural que impuso con la mayor de las violencias, en un territorio que ya estaba culturalizado.
