En cuanto a la arquitectura de la primera etapa del renacimiento en España se produjo principalmente por arquitectos locales, por lo que de esa manera se creó una corriente puramente Española del estilo que se vió influida por la arquitectura del sur de Italia, dominados en esa época por la corona de Aragón en esa época.
Este típico estilo Español se denominó plateresco, y combinaba las nuevas ideas italianas junto con la tradición gótica española y junto con la idiosincrasia local. Este nombre proviene de las extremas y a veces exageradísima decoración de las fachadas de los edificios, los cuales se asimilaban al intrincado y detallado trabajo de los plateros.
Sin embargo con el paso de las décadas la influencia del gótico fue perdiendo su importancia, hasta alcanzar un estilo mas depurado y ortodoxo, desde el punto de vista del renacimiento. Aquí es cuando comienza la segunda etapa que se llamó purismo, y se caracterizó por una mayor austeridad decorativa limitada a elementos mas concretos, generalmente de inspiración clásica.
Ya cansados de la extravagancia, en esta etapa se imponen los edificios mas armoniosos, con aspecto sereno y equilibrado, inclusive muchos arquitectos decidieron reciclar su idea gótica para involucrarse de lleno con esta nueva arquitectura reinante. Entre ellos se pueden destacar Pedro de Ibarra y Alonso de Covarrubias.
A fin del siglo XIV, el comienzo del monasterio de San Lorenzo de Escorial, como símbolo del poder de Felipe II, por Juan Bautista de Toledo y Juan de Herrera, supuso la creación de un nuevo estilo, el cual se caracterizó por el predominio de los elementos constructivos, la ausencia decorativa, las líneas rectas y los volúmenes de forma cúbica.
Este nuevo estilo de la arquitectura española fue bautizado posteriormente como Estilo Herreriano, en honor de su figura creadora o impulsora, Juan Herrera.
