Fue el 6 de Agosto de 1945 cuando desde el bombardero Enola Gay fue soltada la primera de las dos únicas bombas atómicas usadas en la historia de la humanidad, Little Boy es el nombre que se le dió a ésta primer arma nuclear y se calcula que causó cerca de 140000 muertes, la mayoría de civiles japoneses tanto el día del lanzamiento como en tiempo posterior a éste (a causas de enfermedades causadas por la radiación emitida).
Tras el lanzamiento de la segunda bomba atómica (ésta llamada Fat Man) el día 9 de Agosto siguiente, Japón opto por la rendición incondicional, la cual fue anunciada el 15 de Agosto y concretada el 2 de Septiembre.
Infinidad de opiniones encontradas se han dado acerca del uso de éste tipo de armas, si fueron o no necesarias, si evitaron la muerte de miles o tal vez millones de personas al provocar el término de la Segunda Guerra Mundial; lo cierto es que los horrores que vivieron los entonces habitantes de las ciudades japonesas Hiroshima y Nagasaki son indeseables para cualquier ser humano, sin embargo, en la carrera por obtener más poder de un país sobre otro se invierte una gran cantidad en armamento nuclear de tal manera que si se llegara ha hacer uso de éste, el planeta ( ya de por sí muy dañado) quedaría en condiciones nada agradables para vivir.
Creo que si, como dices, nos vieramos en la desdichada situación de una guerra nuclear, el mundo sería como tantas películas nos han pintado, totalmente inhabitable, y aquel sufrimiento atroz, que aún connmueve ver en las imágenes de Hiroshima y Nagazaki sería aún peor, tanto que roguemos por irnos de este mundo como naturalmente todos nos iremos, antes que algo tan nefasto ocurra.
Un saludo y como siempre, tremendo post!
Y por eso la Guerra Fría, la guerra de la intimidación, el asegurar tener mayor armamento nuclear y por lo tanto «mayor poder», sin usarlo sólo para mantener el «respeto» de los demás países.