Siglo XIX: Ciencia y tecnología

La demanda de mano de obra ocasiono enormes migraciones y con ello la demanda de otros servicios, tales como la salud

El siglo XIX trajo consigo gran parte del periodo que llamamos Revolución Industrial. durante este periodo tanto la ciencia como la tecnología vieron un progreso muy acelerado en distintos aspectos. Incluso podemos decir que el mundo moderno fue el resultado de la actividad de ese momento. Los descubrimientos científicos y avances en la comprensión de distintas discilinas tales como la física, química, metalurgia y biología tuvieron como consecuencia a nuevos procesos industriales y a la creación y aplicación de nuevos materiales.
Todo esto derivo en abundantes y variadas ideas para inventar y mejorar recursos y herramientas para utilizarlas en prácticamente todas las áreas de la vida de las personas: Desde la cocina a la limpieza, desde la locomoción a la inteligencia artificial, desde la medicina al maquillaje. La producción de tejidos, metales y productos agrícolas eran las tres áreas principales que inicialmente se vieron beneficiadas de la innovación. Rápidamente se migró de los pequeños talleres a grandes industrias de producción en serie adaptadas para para enfrentar las necesidades de los mercados no sólo nacionales, sino también internacionales.

Nuevas formas de trabajo

En el inicio del siglo XIX un nuevo régimen de trabajo había surgido, ya que los avances en la ciencia y tecnología habían proporcionado los principios para la fabricación de manera más eficiente y ambiciosa. Los cambios entre los que se incluían la línea de producción, los componentes intercambiables, los estudios de deslazamientos y tiempos y los trabajos por turnos, habían visto una extraordinaria reforma en la industria que el término «revolución» fue adoptado para su descripción. Al mismo tiempo Europa y Norteamérica presenciaron un cambio demográfico considerable, ya que una enorme cantidad de población rural (la cual había sido reemplazada por maquinaria agrícola que ahorraba mano de obra) emigraba hacia ciudades, ya de por sí muy pobladas, en busca de un trabajo en las nuevas fábricas. De ésta manera la población se expandió rápidamente, aumentando con ello  las demandas de la industria. Poblaciones urbanas más grandes y el abastecimiento de grandes mercados de mercancía y artículos de consumo tuvieron como consecuencia mayor necesidad de una mejor infraestructura  de las áreas como la salud y el bienestar, el adecuado alojamiento y el suministro de bienes.

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